M谩ximo Luppino
Seguimos mirando con avidez las encuestas electorales, a pesar de las fallas y yerros reiterados de sus pron贸sticos dudosos cuando se aprecia la realidad. En muchas ocasiones brindan n煤meros tendenciosos e irreales para fomentar ciertos climas pol铆ticos partidistas distorsionando la realidad para obtener determinado fin deseado.
En la reciente elecci贸n pasada en la capital de C贸rdoba para elegir intendente, Rodrigo de Loredo aparec铆a como un n煤mero puesto, seg煤n “su majestad” las encuestas. Algunas de ellas llegaron a marcarlo 14 puntos por encima de su competidor Daniel Passerini, el candidato “peroncho” en competencia.
En el implacable reloj de la vida, el tiempo marchaba firme y constante y el domingo lleg贸. Las urnas se abrieron y como una gran sorpresa, el peronista Daniel Passerini se impuso a Loredo por m谩s de 7 puntos. Las encuestas, una vez m谩s, fueron pisoteadas por la abrumadora realidad del conteo de votos.
En forma temprana, Rodrigo de Loredo reconoci贸 la derrota junto a una multitud de dirigentes de Cambiemos, Larreta y Bullrich a la cabeza.
Lo que iba a ser la gran foto de la unidad se transform贸 en foto del desastre. La derrota castiga a todos por igual. Los festejos se tornaron en un inocultable duelo y en vez de saborear sabrosos manjares, se retiraron raudamente de C贸rdoba rumiando el 谩rido polvo de la derrota.
La gran dupla triunfante Mart铆n Llaryora, gobernador electo, y Daniel Passerini, flamante intendente victorioso, brindaron un singular discurso triunfal. Lo m谩s resonante fue: “Basta de que nos maltraten de afuera, de que nos vengan a explicar qu茅 hacer y qu茅 no hacer los pituquitos de Recoleta. Que este ejemplo sea tomado por el interior de nuestra patria. Este es el grito de C贸rdoba”, apunt贸 Llaryora en el medio de los festejos de su partido.
Pocas palabras “ofendieron” tanto a los dirigentes de Cambiemos como el de “pituquitos de recoleta”. Es asombrosa la reacci贸n humana. Los mismos dirigentes tildados de evasores, corruptos y de hundir a la Naci贸n en la m谩s dram谩tica pobreza no suelen inmutarse. Pero cuando los rotularon de “pituquitos de recoleta” reaccionaron llenos de c贸lera e indignaci贸n insoportable.
Unitarios y federales parecen haber escrito una pesada p谩gina m谩s a su densa historia. Desde C贸rdoba y en la voz de Llaryora el clamor federal del interior reson贸 cual un desaf铆o viejo y cansado exigiendo equidad federal ante o铆dos sordos de la “clase portuaria”…
Sucedi贸 donde deb铆a pasar, en la provincia de C贸rdoba y en el tono de reclamo de peronistas disc铆pulos del gran Juan Manuel de la Sota, quien desde el cielo habr谩 sonre铆do lleno de satisfacci贸n.
No existen “provincias inviables”. S铆 existen dirigentes torpes y corruptos que no aman a la patria.
La Naci贸n es un todo indivisible, un formidable y aut茅ntico cuerpo espiritual bendecido por DIOS. El pu帽ado de tierra m谩s distante y lejano es tan valioso como la tierra del obelisco, de la Plaza de Mayo o de la cocina de tu casa. Todo es Argentina, nuestro hogar, nuestro lugar sagrado en el infinito cosmos y hay que defenderla y honrarla, como lo hicieron nuestros h茅roes en Malvinas.
En ocasiones los caminos se presentan claros ante nuestra mirada. Por un lado, est谩n los Llaryora y Passerini y por otro los “pituquitos de recoleta” con sus miserias a cuestas.
M谩ximo Luppino
