M谩ximo Luppino |
Los se帽ores jueces continuar谩n sin tributar el impuesto a las ganancias. Sin sonrojarse parecen dispuestos a defender sus privilegios a “capa y espada”. Continuar谩n brindando “justicia” desde la propia iniquidad para con la sociedad. ¿C贸mo se brinda justicia estando sentado en un trono de privilegio? Sin equidad no hay ejemplo positivo hacia la sociedad. Todos los dem谩s mortales de la Naci贸n Argentina pagan el impuesto a las ganancias, el poder judicial no, por m谩s que muchos magistrados llegan a percibir como salario m谩s de un mill贸n de pesos mensuales. No pretendemos que ning煤n sector gane menos de lo que ya percibe. S铆 deseamos fervientemente que el habitante de a pie de nuestro pa铆s gane mucho m谩s, ya que hoy reinan salarios de hambre para la mayor铆a de la gente. La despiadada inflaci贸n logr贸 que el trabajador aplicado con su sueldo no llegue a comer decentemente y encima le saquen plata por “ganancias” …
Los m茅dicos y enfermeros, los docentes, los camioneros, alba帽iles, polic铆as y cient铆ficos, todos, absolutamente todos pagan. Los magistrados envueltos en sus togas de administradores de justicia, cometen el injusto hecho de no tributar. ¿Todos iguales ante la ley?
El respeto social se gana con los ejemplos de altruismo y solidaridad, no con prerrogativas sectoriales, con excepciones que les permiten diferenciarse del resto de los conciudadanos para propio provecho.
Cu谩nto m谩s respeto y consideraci贸n social obtendr铆an los se帽ores jueces si ellos mismos se dispusieran a pagar los mismos tributos que sus semejantes abonan. La sociedad se siente estafada y burlada por los poderosos jueces que habitan en un universo predilecto.
El impuesto a las ganancias desde siempre fue un atropello aberrante al trabajador. En verdad es un latrocinio que el Estado ejerce contra los que reciben un salario por su trabajo. Nunca puede ser ganancia el pago por una actividad brindada. Es una contradicci贸n en s铆 misma, que en muchos casos no deja progresar a los empleados. Esto sucede en los casos de las horas extras, que al realizarlas puede sumar a su sueldo un dinero que “habilita” a que se le aplique “ganancias”. Por lo tanto, trabajar铆a un asalariado m谩s tiempo para que le quiten parte de su remuneraci贸n correctamente lograda. Un aut茅ntico disparate que atenta contra el Orden Natural y el esp铆ritu de progreso d谩ndole bofetadas a la cultura del trabajo.
Todos los mandatarios saben de lo injusto de este impuesto, pero nadie lo quita. Por m谩s que muchos hasta llegaron a prometerlo como parte de la campa帽a pol铆tica, luego todo contin煤a igual. Palabras que el viento del inter茅s econ贸mico se lleva.
Si la clase dirigencial no soluciona la avalancha inflacionaria es probable que pronto estemos viviendo episodios no deseados de mucho dolor y tristeza.
La inflaci贸n debe ser controlada. Esta es la prioridad absoluta de toda la sociedad. En especial la de los gobernantes de turno. En ellos recae la m谩s cruenta responsabilidad.
Si el poder judicial tributara ganancias el Estado contar铆a con una suma de dinero muy importante que ayudar铆a a la recuperaci贸n financiera de la Rep煤blica.
El impuesto a las ganancias est谩 destinado a ser abolido. Es un desprop贸sito en s铆 mismo, un atropello a los derechos de los empleados, un ejercicio de pesca en la pecera de la casa.
Las elecciones generales del 2023 se aproximan raudamente y con ellas el veredicto del soberano que sabr谩 premiar y tambi茅n castigar a los que a su entender 铆ntimo le se帽alen como responsables de esta pobreza creciente en la cual vivimos.
Argentina necesita imperiosamente que sus tres poderes gobernantes se encuentren profundamente hermanados en el prop贸sito de una patria grande con su pueblo feliz.
El poder judicial debe ser ejemplo de igualdad y solidaridad, para esto los derechos y obligaciones deben ser los mismos para todas las personas que habitan nuestro sagrado suelo.
Proveer de conformidad. Ser谩 justicia.
M谩ximo Luppino