Máximo Luppino |
Fidedignas filmaciones nos muestran en el seno de la central del Banco Provincia, reuniones para implementar un monstruoso ilícito para privar de la libertad a representantes de los trabajadores argentinos.
A ministros de la gobernadora de Buenos Aires de ese tiempo, María Eugenia Vidal, se los aprecia recibiendo directivas de agentes de la AFI para montar una escena falsa que pueda incriminar a inocentes sindicalista, simplemente por no aceptar reducción de sueldos de trabajadores y despidos sin indemnización alguna.
Las charlas de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) parecían auténticas cátedras del “innombrable”. Un “catecismo” del mal, algo así como: “hacer el mal sin mirar a quien” si estos seres humanos, ciudadanos argentinos se interponían en sus lúgubres planes de dominio social y político. Es sumamente dantesco ver cómo se “dictaba magisterio” de trampas, tropelías, mentiras y difamación… Este maligno plan tenía el visto bueno de una parte del poder judicial y lógicamente de una campaña de difamación de ciertos mercenarios de algunos medios de difusión.
Vemos aquí en acción una verdadera organización. Como tal debe tener jerarquías de mando ¿Quién podría ser el jefe o la jefa de tan tiránica estructura? ¿Serán los autoproclamados republicanos liberales los que diagramaban tan siniestro plan de abolición de derechos civiles? Una pista a considerar es dónde se realizaban las reuniones. Era en el Banco Provincia donde tenía sus oficinas María Eugenia Vidal, que era el lugar donde atendía, ya que pocas veces acudía a la ciudad La Plata. Esto de Vidal, de residir en la central del B.P. en Capital Federal delataba su íntima intención de establecerse en la Ciudad Autónoma, cual un manifiesto implícito de una sólida e inquebrantable vocación Unitaria.
Muchas horas de grabación y extensos videos. Hasta el momento más de 25, teléfonos encriptados que poseían algunos ministros y agentes de la AFI y por supuesto la “siempre inocente de todo” Vidal. Todo esto es prueba de una aceitada organización perversa.
Los seres humanos parece que a todo nos habituamos y lo que nos da escalofríos en enero, está olvidado en febrero. No debería ser así en este grabe caso de espionaje y encarcelamiento de personas por fuera de los derechos constitucionales soberanos.
La Gestapo fue el “brazo ejecutor” de las torturas masivas, muertes y experimentos con seres vivos. La Gestapo que coordinaba el exterminio judío y de gitanos y toda otra etnia que los “dioses del terror “consideraban no dignos de respirar el aire de la raza Aria.
¿Planeaban las huestes de Macri un “punto final” para el sindicalismo argentino?
Más que sugestiva es la demoniaca opción de pensar en una Gestapo contra posibles opositores. Debemos recordar que el término Gestapo sale de los labios de un ministro de Vidal, no de un opositor, ni de ningún invento periodístico.
La única forma de proporcionar solidez al sistema democrático es viviendo una vida donde el respeto al semejante sea un principio no negociable.
Democracia es desear al prójimo lo mismo que deseamos para nosotros mismos.
Máximo Luppino
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