Dos de nosotros

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sábado, 17 de diciembre de 2022

SERGIO MASSA, GUIÑOS PARA SU CANDIDATURA


Máximo Luppino

Desde que Cristina Fernández manifestó su intención de no ser “candidata a nada”, de no figurar en la lista del Frente de Todos, el peronismo acusó un duro golpe político y emocional. 



El “renunciamiento” de Cristina trajo dolor y desconcierto en el universo apasionado de los militantes que aún sueñan con ver centellear en la boleta electoral el nombre de “la jefa”. Mientras los hombres y mujeres del movimiento transitan por el sendero de la angustiante desilusión, la dirigencia, siempre pragmática, comenzó a mirar para todos lados en “busca” de un candidato que sintetice y contenga al poderoso Frente de Todos.

Lo que sí sabemos es que la vicepresidenta tendrá un lugar superlativo y más que relevante en la conducción, que ya ejerce, y en el armado electoral con candidaturas que al menos no le disgusten. Claro que el peronismo bien sabe que las reglas están para romperlas. Así es que nadie en el movimiento del General descarta a ciencia cierta que Cristina no juegue electoralmente como una protagonista en las generales del 2023. No por no creer en la sinceridad de su “paso al costado”, sino porque Cristina como excelente animal político que es sabe que nadie debe desafiar al desino y lo que deba ser será más allá de las personales voluntades. 

La historia no se repite, es evolucionante. A pesar de que sí parece retornar a viejos parajes ya transitados, pero con otra experiencia, con renovada fuerza y esperanza. 

¡El Braden o Perón de ayer es el Joe Lewis o peronismo de hoy! 

Un poderoso sector judicial se encuentra ganando el centro del cuadrilátero político de nuestra República en la actualidad, sostenido por un periodismo que sueña con un país extranjerizado en sus criterios. Pero mientras exista el peronismo no lograrán vender la patria. No podrán hacer que los argentinos se sientan menos que los nacidos en otras tierras bajo la oscuridad sangrienta de imperios homicidas. Somos la argentinidad de San Martín, Belgrano, Rosas y Juan Perón y de tantos próceres que sostuvieron en alto la bandera argentina. 

La “visita” de jueces, fiscales, periodistas y empresarios a Lago Escondido desnudó una intención foránea de perjudicar a sectores populares de nuestra Nación. 

Cuando Cristina se corrió momentáneamente del foco electoral, gobernadores e intendentes miraron al ministro de economía como una posibilidad concreta de construir una fórmula ganadora del Frente de Todos. Sergio Massa, fiel a su dinámica laboral vertiginosa está dando batalla a la inflación. Las expectativas son positivas. El potro de la cruel acción especulativa puede llegar a ser domado. 

La comunicación de Sergio con Cristina es excelente y abundaron reuniones de fina arquitectura política. Se está gestando una Gran mesa de acuerdo social electoral donde los gobernadores, intendentes, trabajadores y sectores religiosos forman las cuatro patas del tablero electoral futuro. La consigna es: “sumar sin espantar”. Es decir, incorporar lo armónicamente posible a los principios generosos del Frente de Todos.

Cristina, Kicillof, Alberto, Sergio y Gobernadores más el Movimiento Obrero organizado, todo alimentado por nuestra indómita militancia política peronista dará el triunfo una vez más a las fuerzas nacionales y populares del país. Las fórmulas se diseñarán en el laboratorio electoral donde la doctora sabrá combinar los elementos humanos posibles para triunfar en la dura batalla electoral del 2023, en la que nos jugamos el destino como Nación. 

Los guiños hacia Massa son reiterados y constantes, pero ese futuro venturoso está atado al éxito económico del presente. Sin inflación controlada no existirá éxito electoral posible. Esto muy bien lo sabe Cristina como los gobernadores que desean, al igual que los intendentes, revalidar sus títulos como soberanos democráticos de sus territorios. 

La disyuntiva electoral es clara: Joe Lewis y su corte de obsecuentes o las fuerzas del pueblo organizado para una mayor inclusión social y grandeza de la patria.  

Los votos parecen cantados. Sólo un sector distraído se encuentra desorientado. Justo a ellos debemos dirigir nuestra atención y recordarles la historia de lo que vivimos. Además de ofrecerles los mejores candidatos. Siendo el requisito ineludible la confianza que ellos sean capaces de generar en la sociedad. 

En la batalla electoral daremos nuestras más sanas intenciones pensando en el bienestar del pueblo. 


               Máximo Luppino 


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