Bien sabido es que un político toma decisiones de acuerdo a su conveniencia. Así es que Horacio Rodríguez Larreta decidió que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires serán concurrentes. Es decir, se vota el mismo día de las Elecciones Nacionales, en urnas separadas con boleta única electrónica.
De esta manera, Larreta exhibe honrar compromisos con la UCR de Martín Loustau y no “obedecer” el pedido de su anterior jefe, Mauricio Macri.
Sucede que cuando Javier Milei se dirigía a Larreta como “sorete de mierda” y demás insultos ofensivos, propios de un barra brava desaforado más que a la de un político bien educado, Macri y Buldrich ensayaban públicamente formas de una posible alianza con el singular libertario. Hay situaciones que no se olvidan y lo que hacemos y decimos trae siempre consecuencias según la sublime ley de Causación. Cosa que Javier Milei parece desconocer.
Macri se movió con Larreta como si Horacio fuera a ser por siempre su “criado”. Cosas de otros tiempos, modismos ridículos y obsoletos de los “patrones de estancia” del 1800… Mauricio nunca supo moverse adecuadamente entre pares, y las sublimes formas democráticas del trato con el semejante le son desconocidas.
Hay un hecho concreto que se aprecia fácilmente. Mientras Mauricio y Patricia encuentran simpatía con los libertarios, Horacio se encuentra más cómodo con las previsibles normas del centenario partido argentino. Preferencias que mucho nos dicen de sus íntimas convicciones.
Lo cierto es que Horacio Rodríguez Larreta dejó sin aliento a Mauricio Macri, quien fue desautorizado públicamente. Los liderazgos en el PRO parecen estar mudando de localía.
Larreta observó que Macri jamás fallaría a su favor en cualquier litigio político. No lo ve como a un aliado. Prueba de esto es que quiere promover a “capa y espada” a Jorge Macri como candidato a Jefe de la Ciudad, subestimando los propios candidatos de Larreta. Creemos que ésta es la razón última de las disputas, quién se queda con la abultada caja de “negocios” de la ciudad más rica del país, con un presupuesto que supera algunos países de Latinoamérica. Entre empresarios la lucha por los negocios suele ser hasta el último aliento.
Horacio, con sus últimas decisiones ganó mucho. Adquirió respeto y mostró carácter en el momento de decidir. Cualidades que con palabras altivas y gritos se las habían apropiado Bullrich y Milei. Hablar es fácil, optar con firmeza no lo es tanto. Algunos confunden maliciosamente mesura con miedo y valentía con insensates gritos. Hay que discernir correctamente.
La UCR, de la mano de Martín Loustau posee una oportunidad única de acumular poder político y equilibrar la balanza interna de Cambiemos. No es un dato menor. Muchas cosas mudarán de mano si esto sucede.
El desafío de permanecer unidos para Cambiemos es enorme en esta primer gran crisis interna que enfrentan.
Jorge Macri, intendente de Vicente López, luchará por imponerse en la Ciudad ¿El apellido Macri suma o resta en las PASO a esta altura de los hechos?
Mientras Javier Milei pretende “dinamitar” todas las estructuras del Estado, el inefable ingeniero Mauricio asevera y corrige: “semi-dinamitar todo”. Más allá de estos dinamiteros poco cuerdos, hay muchos políticos mucho más positivos y cuerdos.
De esta muestra de independencia de Horacio hacia Mauricio, presentimos que faltan escribirse aún varios capítulos de violentos encontronazos.
Máximo Luppino
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