Dos de nosotros

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miércoles, 15 de junio de 2022

Un pinocho desgastado

 

Nota editorial: SemanarioJunin


Petrecca intenta imponer un nuevo proyecto con viejos discursos y no obtuvo la respuesta que esperaba ni las muestras de pleitesía. Si por cada vez que habló de desarrollo en su gestión se hubiera comprado una bolsa de cemento, Junín ya tendría todas sus calles asfaltadas.


Cuando deja de acumular likes en las redes sociales, el intendente Pablo Alexis Petrecca utiliza algún ardid para llamar la atención. Al respecto, esta semana volvió sus pasos sobre la Agencia de Desarrollo de Junín con el objetivo de crear –ahora- lo que denominó la “Junta Promotora de la Agenda de Desarrollo Estratégico”.

La Agencia de Desarrollo Productivo de Junín es presidida por el intendente y conformada por el Gobierno de Junín, la Unnoba, Sociedad Comercio e Industria, Capynoba, Sociedad Rural y la Federación Agraria, y en los años de gestión del gobierno actual no ha obtenido más que algunos diagnósticos con verdades de Perogrullo y aburridos encuentros que sólo han servido para el nutrido álbum de fotos petrequista.

El lord mayor intenta imponer un nuevo proyecto con viejos discursos y no obtuvo la respuesta que esperaba ni las muestras de pleitesía. Si por cada vez que habló de desarrollo en su gestión se hubiera comprado una bolsa de cemento, Junín ya tendría todas sus calles asfaltadas hasta el PNLG.

Por qué desde hace años la “productividad” pasa por esta media docena de instituciones y no hubo otras incorporaciones, como los casos de CUANOBA (cámara de corralones), colegios técnicos profesionales como arquitectos e ingenieros, incluso los sectores del trabajo y la mano de obra, imprescindibles cuando se trata de producir, es una respuesta que sólo se halla en la demostrada mezquindad del alcalde local.

Raúl Parejas a su tiempo y las organizaciones agropecuarias cooptadas por Cambiemos no han mostrado otra cosa que sumisión; la llegada de Marcos Maroscia al edificio de la calle 25 de Mayo revolucionó las anquilosadas estructuras y hasta la vice Marianela Mucciolo marcó territorio al ocupar un espacio en Grupo Junín. Capítulo aparte el de Guillermo Tamarit, quien ha estado acompañando pacientemente cada frustrada convocatoria del alcalde, pero abocado a seguir con la gestión universitaria que lo ubica a las antípodas de Petrecca. Cabe dejar para el regodeo del lector una interesante y reflexiva ucronía, acerca de qué hubiera pasado si Tamarit hubiese sido intendente y Petrecca rector. Pero es sólo para la fantasía, claro está.

¿UN NUEVO CUENTO?

Desde hace un tiempo, el licenciado Sergio Pérez Rozzi sobrevuela en la gestión municipal. De amplia trayectoria en territorialidad y como ejecutor de políticas y proyectos del exintendente Abel Miguel, es una voz importante a la hora de pensar el Junín del futuro.

Si bien el profesional desarrolla sus tareas en CABA, guarda profunda pertenencia con Junín y oportunamente fue convocado por la actual intendencia para dar su experimentado aporte.

Él mismo fue quien hace unos años trajo el proyecto del Clúster de Salud con apoyo del país vasco, y que por la ineficiencia y lentitud de Petrecca quedó “dormido” en algún cajón del municipio, luego de entusiasmar al sector privado de la salud. ¿Se desempolvará más cerca de las elecciones?

Ahora el desafío es otro, pero las circunstancias parecen estar ligadas. Petrecca se sostiene merced a un puñado de funcionarios que funcionan, mientras él se ocupa de ganar votos con singulares artimañas, sólo le interesa el poder de su círculo más íntimo.

En este caso, sin embargo, podría haberse metido en un laberinto, motivado tanto por la necesidad de ganar otra vez exposición, como de quedar al descubierto en su maniobra electoralista.

Por eso, después que alguien del nuevo entorno le soplara al oído que había que abrir el juego con vistas a las elecciones del año que viene porque las encuestas no eran tan alentadoras como se pensaba, esta semana junto a los representantes de las entidades anunciaron la puesta en marcha de esta “Junta promotora” que “motorizará el trabajo que se lleve adelante desde las más de 37 instituciones y representantes del sector público, privado y de la sociedad civil de Junín, con el objetivo de debatir y encontrar objetivos comunes para el desarrollo de cara a los 200 años de Junín”.

No hay quien podría ir en contra de semejante propuesta, más aún si participarán más de 40 entidades de Junín, pero se torna imposible vislumbrar algo positivo con un gobierno liderado por un póker de oportunistas que desde los tiempos de campaña en 2015 dejaron varados a varios acompañantes comprometidos, a quienes luego de llegar al sillón de alcalde el joven electo no les atendió más el teléfono.

Junín cumplirá 200 años en diciembre de 2027, por lo tanto el proceso da pie para entretener durante otros cinco años, con políticas partidarias que podrían alternarse y hombres que no pueden suponer su acompañamiento.

“Como gato entre la leña” -dirían en el campo- pudo resistir Petrecca estos seis años y medio con la anuencia de un radicalismo apático, pero ya harto y una comunidad conservadora a la que le alcanzó la “mirada cortita” que propuso en la gestión, y frente a ello la pregunta certera: ¿es posible pensar en un cambio?

La mirada a largo plazo se trastoca con la del corto y la realidad se choca de frente con una serie de frustraciones ligadas a la falta de planes de hábitat, partidas presupuestarias olvidadas, ética cero, carencia de diálogo con la oposición, cotillón PRO y preparativos para dar un salto en el trampolín hacia la legislación o quedarse hasta que las mayorías se den cuenta de la trampa.

Un video institucional de seis minutos no alcanzará -sin dudas- para encolumnar a 40 instituciones, cuando no se pudieron coordinar siquiera cinco de las cuales cuatro eran “amigas fieles”.

Sin embargo, resultaría posible salir del laberinto si el gobierno de Junín da un paso al costado y deja hacer a sus cuadros técnicos y a las instituciones, acompañando resoluciones y apoyando el desarrollo a partir de un plan concreto en el que todos salgan ganando y nadie se haga del rédito de las acciones. Sólo en esas condiciones se puede llegar a suponer que habrá un camino en común y no el seguimiento a un arrogante mesías.

La búsqueda de mejoras a la calidad de vida de los vecinos no puede estar puesta –ahora- como punto de partida hacia los próximos años sino que debió comenzar “ayer”, en el momento preciso en que se hacían otras promesas, tan pomposas, como incumplidas.

Bien lo sostuvo Tamarit en sus declaraciones al respecto: “frente al evento de estos 200 años, ampliar la convocatoria era un elemento indispensable y a partir de esto plantear lo que cada uno puede hacer, pero también escuchar, porque no tiene que ver solo con instituciones, sino con los vecinos”, aunque dejó en claro que “la Universidad tiene un desafío que lo va construyendo. Aspiramos que tanto Junín como Pergamino sean ciudades universitarias, que cuenten con la institución para el desarrollo en todos los planos y posibilidades y que se constituyan en ciudades de conocimiento, que es a lo que aspira toda sociedad”.

“No hay dudas -como dijo José Molinari de Capynoba- “que el sector productivo de Junín y del país son un motor para nuestra economía, somos los mayores generadores de empleo privado en el país, con un alto porcentaje, y estas cuestiones nos generan mucha empatía y nos ponen contento y creemos que es el camino por donde tenemos que ir”.

Pero dejar la construcción a quien ha mostrado apatía por el trabajo en conjunto parece un riesgo demasiado grande para las instituciones que participarán y un riesgo aún mayor para el resto de los juninenses que seguirán en medio de este estancamiento en un distrito que, desde hace tiempo, debiera ser la locomotora de la región.


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